El crecimiento del cristiano no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso guiado por Dios, donde aprendemos a confiar más, a amar más y a obedecer con mayor fidelidad. A través de la oración, la Palabra y las pruebas, el Señor forma nuestro carácter y nos hace más como Cristo. Cada día es una oportunidad para dar fruto y avanzar en ese camino de madurez espiritual.
📖 “El que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” – Filipenses 1:6